Ayer se marchó ELLA. Se la
llevó la sombra misteriosa de la muerte que agazapada se escondía tras su
propia sombra.
En diciembre nos encontramos
por causalidad, no podía entonces
saber que ese encuentro sería el último.
ELLA estaba hermosa, esa
mujer valiente y plena, que hoy deja un espacio en mi corazón que se está
llenando hasta desbordarse de gratitud.
La gratitud gotea en mi alma
desde el primer recuerdo: yo era una niña de 15 años, asustada y confundida en
un país nuevo, recién estrenada en la pérdida y en el dolor; ELLA ya por
entonces era una mujer de los pies a la cabeza. Debía tener unos 30 años más
que yo y la vida ya le había dado para romper con los convencionalismos
sociales de este México tan sumamente conservador y machista. Vivía como cualquier
divorciada criando a sus dos hijos, y se ganaba la vida como profesora de Yoga.
Su entrenamiento era de la vieja escuela, y ese fue el entrenamiento que me dio
a mí y a tantas otras mujeres de mi familia incluida mi abuela.
Nuestro primer encuentro fue
igual de causal que lo sería el último. ELLA vino a introducirme en un mundo
nuevo, a abrirme un universo, y hoy gracias a ELLA no soy la estúpida niña
frívola que parecía en aquél entonces destinada a ser.
Este blog existe gracias a
ELLA. Mi camino espiritual es un camino gracias a ELLA. Y cada día cuando hago
mis salutaciones al sol —cada día— pienso en ELLA. ELLA me enseñó a meditar, a
visualizar, a poner en duda lo que la Iglesia insistía en imponerme. ELLA me
enseñó a escuchar a mi cuerpo y a mi corazón. ELLA me mostró que éste encerraba
una sabiduría propia que nos guiaba. ELLA me enseñó a sentir a Dios. ELLA me
acompañó durante mi adolescencia y mi juventud, y me cuidó… siempre.
Así que hoy, sorprendida
inevitablemente por su repentina muerte, mi corazón se está rebosando hasta el
límite de gratitud, tanto, que las lágrimas tienen que desaguar tamaño
agradecimiento.
Así que hoy te recuerdo y
honro tu ejemplo. Una mujer valiente que superó un cáncer terrible que la
debilitó pero no se la llevó, la muerte de su única hija, el abandono del
hombre. Que sacó adelante a muchas mujeres como si fuéramos sus propias hijas,
una amiga, una Maestra impecable, una mujer ejemplar.
Adiós Gloria, —para siempre
mi miss, para siempre mi Maestra— ¡buen viaje! no
sé adónde te marches ahora, pero sin duda debe ser a algo mejor porque lo
mereces. Tu generosidad y tu valentía siguen vivas en mí y yo, como tu alumna,
te honraré dando testimonio de tu paso por mi vida. Te lo prometo.
Gracias miss, gracias.
Ella — Vicente Huidobro
Ella daba dos pasos hacia
delante
Daba dos pasos hacia atrás
El primer paso decía buenos
días señor
El segundo paso decía buenos
días señora
Y los otros decían cómo está
la familia
Hoy es un día hermoso como
una paloma en el cielo
Ella llevaba una camisa
ardiente
Ella tenía ojos de
adormecedora de mares
Ella había escondido un sueño
en un armario oscuro
Ella había encontrado un
muerto en medio de su cabeza
Cuando ella llegaba dejaba
una parte más hermosa muy lejos
Cuando ella se iba algo se
formaba en el horizonte para esperarla
Sus miradas estaban heridas y
sangraban sobre la colina
Tenía los senos abiertos y
cantaba las tinieblas de su edad
Era hermosa como un cielo
bajo una paloma
Tenía una boca de acero
Y una bandera mortal dibujada
entre los labios
Reía como el mar que siente
carbones en su vientre
Como el mar cuando la luna se
mira ahogarse
Como el mar que ha mordido
todas las playas
El mar que desborda y cae en
el vacío en los tiempos de abundancia
Cuando las estrellas arrullan
sobre nuestras cabezas
Antes que el viento norte
abra sus ojos
Era hermosa en sus horizontes
de huesos
Con su camisa ardiente y sus
miradas de árbol fatigado
Como el cielo a caballo sobre las palomas.
Un abrazo Aleka y gracias por compartir tu agradecer de la mejor forma, la poética expresión del alma. ¡Abrazos desde Cuenca!
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